EL PROXIMO LIBRO. Cap1. El Escritor: "Insoportable Inmutabilidad"

¿Es que acaso no conocen la sensación de llegar a casa, por la noche, y encontrar todo igual, insoportablemente igual, a como lo dejaron?

Primero, el silencio y el frío, esa humedad que produce una casa todo el día cerrada. La loza sin lavar, cama sin hacer, la toalla botada en el mismo lugar y el calcetin también. Esa Inmutabilidad insoportable. Peor aún, es cuando se me olvida abrir la cortina antes de salir y ni siquiera al sol se le ocurre visitarme. 

Es importante que el hogar se llene de luz, aunque no estemos.

Vivo solo. Siempre ha sido así porque, en el fondo, no soporto a nadie: que me invadan la cama, me ocupen las toallas y toquen mis cosas. He ido transformandome en un viejo maniático y no tengo remedio; solo he sabido convivir con los personajes de mis novelas, que me acompañaron desde niño; quizás porque los puedo manejar. 

No soporto que me hablen, tampoco escuchar a la gente y menos aún, entenderla. Evito salir con mujeres, porque se requiere demasiado preambulo para llegar a lo que quiero: a pasar un buen rato juntos y que luego se vayan. 

Soledad a veces se hace insoportable, pero no tengo remedio porque es a la única que puedo entender. 

Siempre he sido solo. Mis padres trabajaban, yo llegaba a mi casa desde el colegio y ahí estaba, lo mismo que ahora: me envolvía ese frío silencioso. Mis pasos sonaban en el parqué viejo de la casa, hasta llegar a la cocina donde prendía el horno en el que mi madre dejaba la comida. A los 12 años calentaba mi almuerzo, aunque siempre me retaban por jugar con fósforos. Que contradictorio. Al parecer, mis padres no pensaron mucho al dejar tantas obligaciones sobre mis hombros.

Y ahí empezaba la escena, porque nunca me ha gustado comer solo. Entonces, me sentaba a la mesa y me instalaba a conversar con mis personajes, uno tras otro, sentado frente a mi, a iniciar el diálogo. Aveces eran dos; otras, retomábamos conversaciones pendientes, o peleábamos, discutíamos, profundizábamos, nos reñíamos y reíamos. 

Algunas personas me preguntaban por el colegio y mis amigos. No tenía muchos amigos. De hecho, me quedaba en casa porque los niños jugaban futbol y a mi no me gustaba: me pegaban, pasaban a llevar y quedaba lleno de moretones. Por eso prefería a mis personajes y también porque mi mamá quería que me quedara aquí, cuidando la casa.

"cuidando la casa". ¿Quien piensa que un niño de doce años podría cuidar una casa? No entiendo bien a los adultos, parece que siempre llevan a un niño dentro y cuando tienen hijos, no se sabe quien es quien; parece que nunca crecieran y creen que un hijo les va a cuidar algo.

Entonces yo me quedaba cuidando la casa por las tardes, pero nadie sabía quienes eran mis ayudantes, éstos que hasta hoy me acompañan y me cuidan a mi.

 PERSONAJES que ACOMPAÑAN:

- La Muñeca: "ME TOMAN Y ME DEJAN"


 

 

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