De una NIÑA que si le hace caso a la MAMA y no se va por el BOSQUE

CAPERUCITA CELESTE

Idea original, Beatriz Mirén Viada Arrau

A una niña que vestía siempre con una capita celeste, la mamá le pidió que fuera a dejarle unas cosas a su abuelita. Le pasó una canasta con frutas, verduras, huevos y otros alimentos y le dijo:

-         - Caperucita ¿Podrías ir a dejarle estas cosas a tu abuelita?

-         - Si, mamá. Si puedo.

-         - Pero no te vayas por el bosque porque puede aparecer el lobo. Anda por el camino que te indiqué.

-         - Si, mamá. No te preocupes.

Y se fue Caperucita Celeste, caminando y caminando y caminando a la casa de su abuelita. Y caminaba, caminaba, caminaba, con mucho calor, subiendo y bajando cerros, muy cansada, por un largo y difícil sendero.

Hasta que en un momento se encuentra con otro camino. Se da cuenta que tiene grandes árboles, que es plano y muchísimo más corto, incluso se alcanzaba a ver la casa de la abuelita.

“¿Y se me voy por aquí?”, se preguntó. “Hay muchos árboles… es mucho más fresco, no sentiría tanto calor…. No. Mejor que no. Tengo que obedecerle a mi mamá….. Este nuevo camino además es plano, no hay ningún cerro… no terminaré tan cansada… Pero no... mi mamá me dijo que me fuera por aquí, por algo será… Y además, este camino que veo es más corto... si desde aquí puedo ver la casa de mi abuelita…. llegaría de inmediato…. Mejor que no. ¿Y si me pasa algo? ¿Si aparece el lobo? Por algo mi mamá me dijo que no me fuera por aquí”

Después de mucho dudar, Caperucita Celeste siguió su camino. Y caminó, caminó, caminó, con mucho calor, subiendo y bajando cerros, muy cansada, seguía caminando, caminando y caminando por el largo camino a la casa de la abuelita…  

De pronto otro camino la encontró y, sorprendida, mucho más cansada, acalorada y desesperanzada que antes, quiso irse por ahí. "Oh! la casa de mi abuelita se ve mucho más cerca que antes, es solo un pequeño sendero que hay que recorrer... unos pocos minutos y ya... y con sombra.. derechito, derechito y ya... Me voy por ahí, total mi mamá no se dará ni cuenta y no tengo por qué decirle, no creo que me pase nada... Mi mamá... mi mamá... mi mamaaaa!... Si ella fue la que me advirtió que me fuera por este camino porque el otro sería peligroso... y yo quiero irme por este por que es más fácil y rápido... pero quizás ella tenga razón... y yo estoy tan cansadayacaloradayaburrida... ¿Qué hago?" 

Después de un rato de silencio y de mucho dudar, volvió al camino indicado. Y caminó, caminó, caminó... hasta que llegó...!!!

Toc, toc!!! - tocó la puerta

-    

     - ¿Quién es?- Dijo la abuelita

-    - Soy yo, abuelita. Caperucita Celeste

-    - Ah, Caperucita, pasa, pasa!

Caperucita Celeste entró a la casa.

-     - Te traje esta canastita que te mandó mi mamá.

-   - ¡Ay, gracias, Caperucita!!!  ¡Qué rico se ve todo esto!... Pero siéntate, siéntate. Probemos esta comida.

 

Y se sentaron, Caperucita y la abuelita, se pusieron a comer y a conversar. Caperucita le contó a su abuelita de su casa, del colegio al cual iba, de sus hermanos, de las cosas que hacía, de sus juegos y dibujos. La abuelita también le contó a la nieta de su vida, de sus recuerdos, de su historia. Y así se la pasaron, toda la tarde conversando y recordando…

 Hasta que empezó a obscurecer.

- Abuelita, ya se está poniendo obscuro. Me tendré que ir.

- Si, Caperucita. Andate pronto, que puede ser peligroso. Recuerda irte por el mismo camino que viniste, aunque sea un poco más largo y difícil.

- Si, abuelita. Me iré por el mismo camino que me dijo mi mamá, así no apareció el lobo y pude tener una tarde muy entretenida contigo.

- Si, Caperucita, que buena tarde tuvimos juntas.

- Si, abuelita. Lo pasé muy bien… Chao. 

- Chao, mi nietecita querida.

Y se dieron un fuerte y cariñoso abrazo.

Caperucita, entonces, se fue feliz por el mismo camino, de vuelta a su casa y agradecida de sí misma por haberle hecho caso a la mamá, aunque el recorrido haya sido más largo y difícil.